domingo, 31 de enero de 2010

Inutilisable

Caminas intentando tropezar, para así, por lo menos sentir un poco de dolor.


Tanto tiempo...
tratando de esconder un tesoro,
que hace mucho se convirtio en polvo.

2 comentarios:

  1. Antes, si mal no recuerdo, mi vida era un festín donde todos los corazones se abrían, donde corrían todos los vinos. Una noche, senté a la Belleza en mis rodillas. –Y La encontré amarga.- Y la injurié. Tomé las armas contra la justicia. Huí. ¡Oh brujas, oh miserias, oh rencor a ustedes fue confiado mi tesoro!

    Logré que se desvaneciera de mi espíritu toda esperanza humana. Salté sobre toda alegría, para estrangularla, con el silencioso salto de la bestia feroz. Llamé a los verdugos para morder, al morir, la culata de sus fusiles. Llamé a las plagas para ahogarme con arena, con sangre. La desgracia fue mi dios. Me revolqué en el fango. Me sequé con el aire del crimen. Y jugué unas cuantas veces a la demencia. Y la primavera me trajo la horrible risa del idiota.

    Pero, hallándome recientemente a punto de lanzar el último grito, se me ocurrió buscar la llave del antiguo festín, donde quizá recuperara el apetito. La caridad es esa llave. -¡Esta inspiración demuestra que he soñado! "Seguirás siendo hiena", exclama el demonio que me coronó con tan amables amapola. "Gana la muerte con todos tus apetitos, y tu egoísmo, y todos los pecados capitales."

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  2. Hienas seremos por siempre...
    tu y yo
    sin encontrar saciedad,
    olvidaremos los recuerdos envenenados
    de un tiempo sin colores

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